Las grandes ciudades tienen mucho para ofrecer siempre al alcance de la mano. Y es en este exceso y accesibilidad donde también conviven aspectos negativos como la inseguridad, el estrés y la incomodidad. Es allí donde entran en juego las afueras de las grandes ciudades, los barrios con amplios espacios verdes alejados del caos que propaga la ciudad.

Alimentarse de manera ecológica, natural y sostenible es posible. En los últimos años diferentes movimientos activistas están cambiado el paradigma de la alimentación y poniendo en jaque el consumo de productos sumamente procesados, o logrados con técnicas poco saludables como troncales en la dieta alimenticia.

La pandemia ha traído consigo innumerables desafíos que han llevado a las sociedades a transformarse y modificar diferentes hábitos de la vida cotidiana. Mucho de lo que conocíamos o dábamos por sentado, nos ha demostrado que puede cambiar. Es por ello que pensar en nuevos estilos de vida más inteligentes, es pensar en las tendencias que ya se están implementando en las grandes ciudades.

Una vida en plena armonía, consta de mantener el equilibrio entre la salud, la sustentabilidad y la sofisticación. En estas “triple S” radica el bienestar y el control de todo aquello que se encuentra en nuestras manos, haciendo de la rutina y nuestros hábitos, algo ameno y siempre amigable con el entorno.