Alimentarse de manera ecológica, natural y sostenible es posible. En los últimos años diferentes movimientos activistas están cambiado el paradigma de la alimentación y poniendo en jaque el consumo de productos sumamente procesados, o logrados con técnicas poco saludables como troncales en la dieta alimenticia.
Y aunque a muchos suene difícil o incómodo, equilibrar nuestra alimentación evitando comidas cuya cadena de producción desconocemos, que son súper procesados, que poco tienen para aportar a la salud o que provienen de carne animal, es sumamente posible.
Sólo se trata de predisposición e información. Lograr un estilo de alimentación más consciente es posible, para ello es importante tener en cuenta las definiciones de qué son alimentos naturales, sostenibles y ecológicos.
Alimentos naturales
Son aquellos alimentos mínimamente procesados y que, por lo tanto, están lo más cerca posible de su sabor original.
Este término es más amplio que el “ecológico” ya que a lo que apunta es a aquellos alimentos que carecen de ingredientes artificiales y/o conservantes añadidos.
Alimentos ecológicos
Por otra parte, los alimentos ecológicos son aquellos que en su proceso de producción natural carecieron de pesticidas, abonos sintéticos, herbicidas, hormonas, antibióticos, entre otros productos químicos.
Se trata de productos de origen vegetal y también animal. En el último caso, son provenientes de animales alimentados al 100% con alimentos ecológicos, que no han recibido antibióticos ni hormonas y han tenido acceso al aire libre y una vida natural.
Además, los productores de este tipo de alimento trasladan el concepto de ecología a todo su trabajo, utilizando recursos renovables que conservan el suelo y el agua de manera consciente y para las demás generaciones.
Alimentos sostenibles
Este concepto hace referencia a aquellos alimentos próximos, producidos mediante métodos de agricultura y ganadería sostenibles. Son aquellos alimentos que se logran a partir de técnicas estacionales que no afectan de manera negativa en el uso del suelo y el medio ambiente.
Este tipo de alimento lleva a realizar prácticas más saludables con las personas, más respetuosas con los animales y más justas con los productores. Eliminando una extensa cadena de producción irreconocible que sólo aporta aspectos negativos.
Con el consumo de alimentos sostenibles se busca que el consumidor y el productor estén más cercanos, donde casi ni exista un intermediario. Algo que favorece al ambiente, porque se eliminan largos tramos de gases contaminantes de vehículos que transportan la producción, haciendo del consumo del alimento algo próximo, que haga innecesario también, el uso de químicos para su resistencia y duración.
Estos alimentos ayudan y fomentan a las comunidades agrícolas regionales, a la economía local, a generar menos contaminación y a comer a partir de alimentos de calidad.
Poder combinar estos tres tipos de alimentos y comenzar a llevar adelante una dieta pensada, consciente y responsable es el camino hacia una serie de importantes cambios capaces de aportar de manera sumamente beneficiosa al medio ambiente y a la salud de nuestros propios cuerpos.
¿Qué esperas para comenzar a elegir tus alimentos de manera más sostenible, natural y ecológica?
