El veganismo es un movimiento en plena expansión: crece el número de personas que optan por seguir este estilo de vida y las opciones de alimentos de origen vegetal se multiplican.
Una actitud, una ideología y una manera de ver y cuidar al planeta puesta en práctica. Si bien el veganismo no es una opción para todos, aquellos que pueden y se animan a este estilo de vida favorecen notablemente al cuidado del medio ambiente.
Si bien hay diferentes intensidades e interpretaciones de la cultura vegana, una persona veggie es aquella que decide no consumir alimentos productos de animales, rechazando la explotación animal en todas sus formas.
Se trata de un estilo de vida y una filosofía ética que va mucho más allá de la dieta alimenticia y que influencia múltiples aspectos de la vida cotidiana de una persona.
Respecto de la industria tienen muy en claro qué consumir y qué no connsumir. Por ejemplo, en moda y cosmética, las personas veganas rechazan (o, al menos, disminuyen) el uso de productos realizados con elementos de origen animal o testados sobre los mismos.
En las actividades recreativas se rechazan circos, tauromaquia, zoológicos y cualquier actividad que suponga el uso, el abuso o la explotación animal.
Si nos remontamos a 6.000 años atrás podremos encontrar los inicios del vegetarianismo y el veganismo, ya que se trata de filosofías que han acompañado a diferentes religiones, políticas y contextos sociales.
En esta fecha se concentran los primeros registros de las culturas hindúes. Incluso en la antigüedad, escuelas griegas de filosofía también rechazaban el consumo de carne, huevos y leche por razones éticas al tiempo que afirmaban que una alimentación exclusivamente vegetal se volvía una opción mucho más saludable.
Este estilo de vida como tal, se institucionalizó y oficializó de la mano de los activistas ingleses Donald Watson y Elsie Shrigley en el año 1.944. Fue allí cuando crearon un grupo de vegetarianos que además no consumían lácteos ni huevos. Así se dio el origen de la Vegan Society: la organización vegana más antigua del mundo.
Claro está, el veganismo no solo es cuestión de alimentación, sino que se aplica a todos los aspectos de la vida.
Un estilo de vida vegano incluye una mirada crítica y un análisis constante a la hora de comer, vestir, maquillarse, distenderse e incluso decorar el hogar. Como los LOHAS son personas que buscan calidad de vida, generando el menor impacto posible al medio ambiente y así llevar un estilo de vida saludable, ecológico y eficiente.
Afortunadamente, la industria está reflexionando acerca de sus usos, materia prima, materiales y métodos; hoy en día existe una gran variedad de alimentos, accesorios, marcas de ropa, etc. que no atentan contra los animales.
Existen diferentes maneras de ser vegano, hay quienes se abocan solo a lo alimenticio por cuestiones de salud, hay quienes le suman un concepto ético a esta forma de alimentarse y también aquellos que evitan por completo el consumo de algo proveniente de la explotación de animales.
El veganismo se instaura entonces, como una forma activa de contribuir al planeta ya que se posiciona en contra de la cría industrial de los animales y la infinidad de problemas que eso acarrea para con el medio ambiente y que repercute negativamente en los ecosistemas terrestres.
Es por ello que debemos aceptarla y respetarla, como un ejemplo y, desde la posición y las posibilidades de cada uno, reflexionar sobre esto, para aportar como podamos al cuidado del medio ambiente.
Y tú, ¿con qué consideras que aportas o podrías aportar al medio ambiente y sus ecosistemas? ¿Te has puesto a pensar en una alternativa que podrías cambiar en tu rutina?